sábado, 7 de mayo de 2016

No estás sola.

Tu mirada triste traspasa un mar inmenso y se clava en un corazón con el alma herida. Santa como la poesía tú eres, María. Las pupilas brillan en tus ojos negro azabache como luciérnagas en un túnel sin fin. Ten fe. La adversidad es un estilo de vida propio de los sintecho. Quizá sea mi manera de ser y vivir escaso de razón por lo que no soy capaz de leer el llanto que codifica tu dolor: ni imagino lo que estás sufriendo. Perdona. Hoy dedicaré todas las horas del día a Kristel, así que no estaré, tampoco mañana. Perderé tantas veces el tren como me lo permita: la quiero sobrehumano. 

Porque sueño más que duermo, soñaré un plan de escape a tu dolor que se pueda transformar en una realidad capaz de fomentar la vida sana. Me faltan las palabras: No estás sola, recuerda. Te quiero.

2 comentarios: