domingo, 1 de mayo de 2016

Amor confidencia.

Patricia no sale del asombro. Hablo de mi irresponsabilidad, ella me llama irresponsable por lo de ayer respecto a Ian. Como en el amor no hay culpables. Lo de Ian son hechos violentos como es violento el sinvivir en las calles. Uno no sabe con lo que se puede encontrar a la vuelta de la esquina. Desde luego una dama de buen ver con piernas interminables no. Hemos perdido los valores esenciales en la calle y en el seno familiar. No quiero seguir en este plan de inseguridad ciudadana. El asunto es ese. No me quiero inutilizar porque de cualquier manera pierdo. El desamparo de los que siempre pierden en esta sociedad es sangrante, y un abuso de autoridad, pero lo que más me desconcierta es haber perdido el sentido de lo que no hace mucho tiempo habíamos valorado como amor confidencia.

Las amigas que fueron, los amigos que se han muerto porque eran los mejores. Ya es pandemia como la corrupción de nuestra clase dirigente. "No soy culpable, mis cuentas bancarias están declaradas en Hacienda. No sé qué pinta mi firma en los Papeles de Panamá". Todos canta la misma canción. Como los Niños Cantores de Viena... Disculpen, la realidad me contagia a cada idea que quiero plasmar en el papel y eso que he bloqueado la información de los medios como hizo EL PAÍS con sus colaboradores. Ahora si quiero saber enchufo Radio María y amén. La hipocresía nunca estuvo más de actualidad. No nos valoran ciudadanos inteligentes, nos toman por analfabetos. Esto llega a niveles de insatisfacción que no puedo más que hacer valer mi carné vip de personas importantes en el Centro de Salud Mental. Es un caos, no atienden de urgencia almas en pena y dan cita a años luz. Se siente oiga, la antigüedad es un grado. La dama de la bata blanca me confesó entre sollozos que no aguantaba esta situación de delirio y me pidió que le echara una mano. Acabaré denunciándola por acoso laboral.

Oiga usted, ¿cómo fue que nos hemos deshumanizado? El papel que juegan los padres, los abuelos, la colindancia, la desafección que finaliza en el abandono social o la violencia. De seguir en este plan no habrá esperanza ni nada que se le parezca, incluida la fe. Infravaloramos y relativizamos el valor de la vida. Somos víctimas de nuestros horrores. Ojalá todo sea transitorio y no como lo nuestro, amor. En el mes de las flores, mayo, volvamos al amor confidencia. Todos y todas sin excepción. Sean felices.

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