Es fácil vaticinar el fin del mundo cuando la verdad no importa; para entendernos: la posverdad tomó las redes sociales y el imperialismo la democracia. Ocurre que esta afirmación es un claro ejemplo de que el país ha entrado formalmente y desde el más alto nivel de la politiquería propagandística al horrible mundo de la posverdad que remite a las circunstancias en las cuales la evidencia es menos importante e influye menos en la opinión pública que las emociones y los prejuicios (certezas de vida sana llevo y me enfrento a la verdad, pero entre las redes sociales y la posverdad pierdo la credibilidad y la verdad pierde interés y no sé qué hacer conmigo). En el mundo de la posverdad emitir o hallar la verdad no es importante, algo que es grave y viene a explicar la magnitud de la crisis en las democracias sociales (Marx, Karl Marx, no ha muerto) y el avance de la ultraderecha donde quiera (acepto "derechita cobarde"), después está la escasa confianza de los ciudadanos hacia las instituciones (los politicastros arrasan con todo). Pero el asunto es más grave porque no se trata ya de la verdad, sino del fenómeno viral que se expande como la pólvora... (La demagogia politiquera y en fin: malos tiempos nos esperan). Gracias.
Es verdad ! ...todo lo q dices ,
ResponderEliminarquiero decir ; ) Beso grande !
Te entiendo. Es verdad lo que digo. Gracias, María. Beso grande.
ResponderEliminarSalud.