... y de soslayo, como un Quijote sin mancha, vuelve a la función contable (por los muertos de la Dana) en plan sepulturero, como cada vez que ocurre una tragedia, pero también vuelve al ruedo como observador preocupado. Los politicastros nos bendicen con sus miserias y en Les Seniaes, el paraíso donde todo comenzó, por el contrario florece la idea de jugar a ser feliz entre risas y alegrías bendecidas por la Magdalena. El gobierno ha roto el acuerdo de no agresión con la sociedad y al presidente le echan un pulso y no se entera. Digo presidente y digo alcalde. Me cuentan que el alcalde vive un alucine que se escapa a su control. Genocidio partidista... ataque nuclear preventivo... sea lo que sea, no puede haber vencedores. Los politiqueros prefieren tener la razón a tener la verdad, por eso eligen la existencia engañosa y la cubren con los argumentos que todos quieren oír. Pero la cosa no funciona así, aunque suene a las mil maravillas. Recordar la batalla y no la sangre es una fracción de la verdad. Requerimos de verdades que se defiendan solas, de egos arrodillados ante la palabra para volver a la santa poesía. (Leo poesía y pienso... cómo doblega la poesía... La sociedad no puede ser vencida... Ríndase). Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario