miércoles, 6 de noviembre de 2024

A Patricia.

Qué grande es ser transparente con uno mismo. Y abrir la conciencia y bajar la velocidad. Las prisas, la fatiga, la ansiedad. Bajar la velocidad, parar, respirar ando, y volver a andar porque el camino no se hace solo. Es mucho y es poco, mientras la salud aguante... Mi amor, te exigimos mucho y tú te exiges más. Tienes que parar. Eres tan fundamental en mi vida que me rompes solo de verte. Y, sobre todo, sabiendo que soy parte de la culpa. Y apareció el sentimiento de culpa. Haces tuyo el dolor que no es, en realidad dolor es, pero no tuyo. No permitas que la vida de los demás te deje sin opciones. No necesitas encubrir lo que sabes, hablar lo que piensas, entender sin ayuda, vivir sin prejuicios: eres soberana. Llegó el día de alejarte en silencio de lo tóxico, en silencio, digo, para no dar pistas. Los tiempos cambian y estás en condiciones de, por fin, marcar tú el paso del tiempo. Tic, tac... Enhorabuena. No eres igual, no eres la misma, eres mejor. Cuanta con mi apoyo emocional y con una caricia que el alma reconoce sin recordatorios. Los intereses cambian, entonces, superarlo todo solamente está a un perdón de distancia. Di las cosas que sientes sin complejos, sé espontánea, con poca reflexión... ¿Podrás? (La justicia le ha dicho a la ley que lo tuyo ya no tiene camino que recorrer. Se tenía que acabar y se acabó. Te quiero, y a corta distancia).

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