Yo soy mucho de Mandela: "Nunca pierdo, o gano o aprendo", pero comprendo que eso no es para todos: alguno debe ir en busca del equilibrio entre ganar y perder, resistir y persistir cuando quiere cumplir su promesa electoral. Las carreras lentas, con obstáculos, algunos inesperados donde el traidor es un pensamiento estancado en la indecisión (otra muesca más en tu errada carrera política). Obliga saber de lo que uno es capaz de hacer con sus fuerzas después de saber qué quiere, incluso quién es, porque el límite es su punto flaco, también pudiera ser su punto de partida, nunca se sabe hasta que te plantas. O echas a andar. Sin embargo, la noche es joven y es temprano. Bah, prefiero creer que es temprano y que mi mente absurda amaestró el conocimiento y sabrá confundir para sobrevivir cuanto menos hasta que la duda agonice. Uno saluda este 26 de noviembre con amigable cordialidad y esperanza, solo que, en Les Seniaes y al véspero... la ignorancia, la falsedad, la mala praxis de nuestra clase dirigente es inagotable y tengo ejemplos, yo siempre tengo ejemplos que confirman la alevosía ante la salud mental y la pobreza. Y así pasan los días que teorizan, prometen, avanzan, reculan, resbalan, titubean, y, como los amores peregrinos, siempre vuelven al comienzo inexistente. (Es mejor mantener el suspense que saber el final). Gracias.
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