Hoy, la tradición se hace ley por decreto (¡vivan los novios!). Me refiero a un hecho que puede ser considerado como fuente de derecho en ausencia de una ley aplicable. Sin embargo, para que la tradición tenga ese carácter, debe ser contraria a la moral y la decencia y estar supervisada por una inteligencia superior. Se dejó llevar por lo que hay, "es lo que hay", y preso de la implacable rutina y el hastío quedó sujeto a un estado de abandono. La tradición se hizo ley por decreto y la autoridad al mando (de luna de miel) no se entera, tal vez ni se le espera, como a Mazón. Sigue sin haber vestigio de Buen Gobierno.
Si lo de arriba convence es tiempo de secar toda raíz de impotencia y alzar vuelo. En una sociedad enferma nadie se fía de nadie, ni de la ley y su justicia, y menos de la cultura. Como si Tordesillas fuera una biblioteca y el Toro de la Vega un evento cultural. La situación que vivimos debe hacernos repensar en cómo nos movemos, y quizá nos socorremos. No es necedad, es necesidad. Todos necesitamos de todos activado el aviso de nivel rojo en la zona, lo que debe hacernos reflexionar sobre la búsqueda de la concordia más allá de los propios intereses que nos corrompen y dispersan. Como sociedad tenemos que impulsar vínculos para reducir tensiones e impulsar la cultura del abrazo. Nada lograremos sin anhelo y franqueza. Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario