La vecindad tiene miedo al escarnio público por hechos ominosos sucedidos y que son el lógico resultado de la ineptitud del dueño de un partido político que no se hace respetar. Y de una partidocracia que no ha sabido ni mucho menos ha querido o no le ha convenido hacer leyes que obliguen a respetar los derechos de los trabajadores y organizar el cómo a partir de ya. Un partido gobernante solamente se dedica a obtener beneficios empresariales y un partido opositor con pocas luces no se entera. Y miren quiénes pagan las consecuencias: los trabajadores. Estos politicastros no merecen el respeto del pueblo. En una realidad desigual todo es ancho y ajeno. Y entre tanta confusión, entrevero del cielo, sombra y siesta, canta el gallo de buena madrugada. Así no se construye un pueblo, porque lo cierto es que desear no cambia nada, pero una decisión sí. La decisión será la solución y está escrita en un papel (mis ojos verán ese papel). "Cualquier cosa que se quiere decir solo hay una palabra para expresarla, un verbo para animarla y un adjetivo para calificarla". (Guy de Maupassant). Porque "el diablo está en los detalles" hay que fijarse en ellos, a veces pequeños gestos, acciones que dicen que una palabra basta. Gracias.
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