El amor nos retiene al paso de los años. Si pudiera volver, si regresara a su mirada y a aquella manera silenciosa que tenía de caminar. Soy sincero, he vuelto a este mundo y al aire de la vida para saber dónde habita y regresar a su mirada. Quiero saber si está viva o muerta. Saber si le salió a cuenta despreciar el amor. Quiero comprender cómo una vida se puede echar a perder (o yacer bajo la tierra) sin llegar a la vejez. Una mujer decidió morir y no disfrutó del crecimiento de sus hijos, de las mejores relaciones humanas. Una mujer simplemente se acopló a un cerebro que no dejaba de morir. (Quizá ni era suyo el cerebro). Me pregunto si está viva para acudir a su lado y decirle que vengo de la muerte para anunciar que hemos llevado el secreto peor guardado al infierno y que está condenado a achicharrarse sin culpa. Yo también decidí morir asumiendo el riesgo de no revivir jamás. (Cuando el amor intenta retenernos, pero el cerebro nos lleva por caminos sin retorno, debemos humedecer los ojos del conocimiento con colirio, y desde el entendimiento retomar la palabra para seguir viviendo). Gracias.
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