Y ahora quién le cuenta a sus deudos que Emilio le jodió el récord a Jesús el Cristo... Resucitó al segundo día. Dicen que lo vieron preguntar a la máxima autoridad municipal por quién habían doblado las campanas el domingo. La munícipe de mala manera dicen que dijo que acababa de llegar y que no sabía ni le importaba. (El muerto al hoyo y el vivo al bollo). Y el Emilio más irónico sonrió: quien lo conoce sabe que no pregunta si no sabe la respuesta. No piensa enojar a nadie, cuando menos hasta que bajen del árbol. De quién le jodió el récord a Jesús el Cristo mucho se hablará en los chigres. Emilio no se dejaba ver demasiado, dedicaba sus horas a su impagable soledad. Emilio era hijo de un sueño y sí, era y es un hombre bueno, y a pesar de su innegable capacidad para la autodestrucción, no tuvo intención de morir, o si la tuvo fue porque sabía que iba a resucitar. Emilio vuelve a escribir el día en de soslayo como un quijote sin mancha. Irrealidad virtual. Fantasmagórica y real. (Santa poesía esa muerte que lo liberó de la santurronería y la doblez de algunos, y lo devolvió a la vida por amor). Gracias.
pobre Emilio, el que vive rápido, muere rápido, y ahora sabemos resucita rápido...
ResponderEliminarse viene el fin...
saludos!!!
Carlos: Si de antemano sabes que vas a resucitar... Es un plus. Gracias.
ResponderEliminarSalud.