Hablando de tropezar. Hoy, me trae la memoria un recuerdo tan real como la vida misma. Les cuento: Felipe y yo, salimos a la calle haciendo campaña contra la entrada de España en la OTAN. "OTAN, de entrada NO". Qué tiempos. Luego ganamos las elecciones, hicimos el referéndum y "OTAN, de entrada SÍ". Viene al caso: en el mismo mes, llamé dos veces a la misma puerta, una para convencer del "NO" y otra para convencer del "SÍ". "¿Vas a volver? Me preguntó la buena señora, después de darme dos hostias. Había que ganar las elecciones... Además, no sabíamos que Putin quería invadir Ucrania. Felipe y yo tropezamos. Pero él sigue tropezando. ¡Joder con el jarrón chino!. Al contrario, Alfonso y yo, tropezamos una sola vez y nos fuimos. No habrá socialista más ortodoxo que yo, de libro. Tropecé una vez en política y mil en la vida, pero no con la misma piedra. No se fíen de la misma piedra y hagan lo imposible por levantarse una vez más de las que caen... Antonio Machado dijo: "La verdad es lo que es, y sigue siendo verdad, aunque se piense al revés". (Me gusta pensar que sigues ahí). Gracias.
siempre hay que leer la letra chica, todo contrato trae sus clausulas y excepciones, con letra muy pequeña y casi cayéndose de la hoja, con el fin que no se note...
ResponderEliminaraprendemos de nuestros errores
saludos
Siempre, Carlos, en la letra chica está el meollo de la cuestión. Gracias.
ResponderEliminarSalud.