viernes, 30 de diciembre de 2022

Mil noches y ni un día.

Dime por qué luchas o qué luchas tienes y te diré quién eres. O tu identidad. Hacemos ver que somos quién, en realidad, no somos. Entre tanto teatro perdemos los papeles y olvidamos quién somos. Y las peleas se ganan y se pierden. Y los amigos de hoy son los enemigos de ayer... los amigos de hoy y los enemigos de ayer son los mismos. El odio separa lo que el amor une. Fina línea. No creo en el desamor nacido de una paranoia... Debe ser doloroso mirarse al espejo y no recocerse (no te enfades, estamos condenados a querernos, no a entendernos). Es imposible escapar del recelo cuando te empeñas en ser receloso (no dudes de mí, recuerda). Hay conductas que no necesitan ser explicadas para ser comprendidas y vidas que no tienen que ser enaltecidas para causar admiración. No aprendimos, pudimos aprender, pero nos quedamos en la estupidez y sin educación en valores; o simplemente educación. Cuando el amor se clava en el corazón, cura las heridas... (Te escribí mil noches de amor y no permitiste que amaneciera ni un día. En fin, me apeo, volveré en 2023, pero en otro plan). Gracias.

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