jueves, 8 de diciembre de 2022

Llueve con pena.

Llueve con pena y los caminos de Les Seniaes están embarrados. No puedo pasar y necesito llorar la peor noticia. Necesito entrar en Les Seniaes o en un mar. Un mar para llorar a mares. Mantuve un sueño a través del tiempo: la realidad me negó sus posibles. En la vida no estamos solo de paso, hay que sentirla, disfrutarla, compartirla: esa fue la premisa que me llevó a soñar un imposible y llamarlo esperanza. La vida y el azahar del porvenir en Les Seniaes. De los buenos momentos a día de hoy, en el lavadero municipal, se cantan los tangos más tristes. Que recuerde, el lavadero municipal nunca fue mentidero de importancia: "a veces sí, a veces no, o mucho tendrían que cambiar las cosas". La decisión estaba tomada de antemano. Me gustaría escribir un comentario estúpido que doliera sin llegar al duelo. Me gustaría escribir una acción solidaria. Aunque todos y todas vamos al cielo, vamos directos al cielo por caminos opuestos. Dios es Dios de pactos y promesas. No miente. Ve lo oculto. Las trabas. Y la verdad a medio hacer. Él tiene un plan para nosotros. (Será entonces cuestión de fe). Gracias.

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