jueves, 23 de junio de 2022

Ruego de amor.

Por amor, quisiera entender lo que no entiendo y saber lo que no sé. Las redes sociales son esa copa de más que permite los excesos y no me interesan. No me interesan los excesos, no tengo intereses, y no me apetece abordar otros intereses.

Ayer me adentré por un atajo en Les Seniaes y mi mente se echó a creer y me convenció de que, desde mi zona de confort, no me movería un pueblo que dependiera de mí para liberarse de sus ataduras. ¡Pero qué locura es esa, yo no soy de esas y no me reconozco en los excesos del egoísmo!. La familia, y los hijos primero. Y una amiga que, el pasado martes, hice por correspondencia en el manicomio. Y el pueblo por el pueblo y para el pueblo. Ay, soy todo un corazón. De ahí que, desde la inmortalidad y en la suprema excelencia, a los allegados y a los que no llegan a fin de mes, para que no sufran, les regalaría una vida con la promesa de que no la malgasten como yo. He vivido y seré mortal por los que siempre pierden. Quien tarde en darse cuenta de qué hablo, que aprenda a vivir sin lo que desea... (O mucho me engañas o mucho enamoras). Gracias.

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