viernes, 18 de febrero de 2022

Un secreto a voces.

De paseo con Ian por la avenida una señora me preguntó si vivía en el pueblo. Sí, señora, respondí. Y de vuelta a la señora: "qué raro, no me suena su cara". Ni a mí la suya. ¿Usted dónde vive? "Yo también vivo aquí; bueno, en realidad no vivo en una casa, vivo en una calle". "La pandemia empeora las condiciones de vida del 62% de los hogares valencianos", según el último informe de Cáritas. Una arruga, un pelo cano lo dejan claro, pero no duele tanto. Joder, dona, si tú no te hubieras ido yo tampoco y estaríamos jugando a la pelota entre nubes de algodón sin perder de vista a la luna. Nos fuimos sin levantarle la falda. No lo conseguimos. Nadie consigue ni siquiera llegar a fin de mes. Hay experiencias que un ser humano no debiera vivir. En un pueblo, una ciudad, al doblar la esquina hay contenedores de deshechos de alimentos y unos padres hurgando el día. La pobreza campea a sus anchas. El informe de Cáritas es demoledor. (Jesús el Cristo tiene un plan para nosotros y una estrella lo acompaña con su luz. La fe es gratis, todo lo demás, incluyo la salud mental, caro, en exceso caro). Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario