viernes, 26 de julio de 2024

Un hombre inocente.

En temporada de verano, un viernes de mercado, aún hay disculpas para los gustos más exigentes, sin embargo, nunca son capaces de saciar las necesidades despreciadas por sí mismas, no se explican y buscan desesperadamente la defensa que se alimenta de lisonjas y se embriagan con placeres frívolos. Hoy me obliga a escribir un asunto decepcionante: Un hombre inocente, sin saber de qué ni por qué, huérfano de caricias, alicaído, refugiado en un despacho con olor a moho, por mucha apariencia que a palacio tenga, entre falsos amores (créanme) nadie lo acepta como líder de un partido político al no haber demostrado su idoneidad. Julio agoniza y su última oportunidad será un fracaso doloroso y profundo (presuntamente). Líder de un partido creyó que podía y no podía y más de la mitad de su militancia se fue y la otra mitad pasa de soslayo cuando lo ve. No tuvo un discurso trascendente (y trasparente). Además, y sobre todo, porque bajo su dirección dejó de ser un partido para convertirse en una agencia de trabajo temporal. Al ciudadano no se le puede mentir, ni obligarle a comulgar con ruedas de molino. Por eso, y lo que callo que saldrá a la luz en breve... todo lo que nace muere. (Ustedes ya se habrán dado cuenta de que un hombre inocente como julio agoniza, y en agosto la espichará. Me anticipo a darle el pésame al pueblo). Gracias.

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