Un político tiene que ir dos pasos por delante para cumplir honestamente con su cometido (de lado no, a no ser que ceda el paso a otras, ni detrás, de no pensar huir). Qué país, oiga: no hay un solo votante que exponga la razón política de su voto, les convence la simpatía personal, y siempre yerran. Un político tiene que saber qué hacer en cualquier circunstancia, de lo contrario, porque la ciudadanía está harta de esperar, en un descuido lo adelantará y delegará su cometido en quién sepa lo suficiente para representarla con dignidad (y no hablo de las próximas elecciones. Sería demasiado esperar y la ciudadanía está harta de esperar). Joder, dona, nadie habló de ir aprisa, pero sí hablamos de ir juntos a una nueva realidad, amparados por la ley para evitar males mayores. La ciudadanía está harta y caminaría por un mar -aunque le jodiera el milagro a Jesús el Cristo-, si con ello lograra cambiar este estilo de vida que está acabando con nuestra salud mental. (Hay que llevarse bien para no llevarse muy mal). Sin olvidar, porque el asunto viene de lejos, que la verdad jamás sucumbirá ante los fanáticos del mal que inventaron un mundo irreal expandiéndolo a un mundo probable. Y entre llegar a fin de mes, sobrevivir, sobrellevar, subsistir, además de las dudas y las preguntas que surgen de la sinrazón... Sí, todo lo que nace muere. (En todo caso, y sin mala intención, para después es tarde. Causa y consecuencia de una mala comunicación. Para después es tarde). Gracias.
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