La lentitud de la política no tiene nada que ver con la justicia, aunque es conocido que la política y la justicia son lentas, muy lentas, demasiado lentas. Pero la política, debido a la prepotencia de los políticos, todavía se detienen a contemplarse ante el espejo y adquirir los peores hábitos. Cantar boleros, por ejemplo. Sin embargo, la justicia llega, incluso tuerta llega. La ley y su justicia. Debido a la natural tendencia al olvido de los políticos, no atienden las verdaderas necesidades de las familias como promesa adquirida en campaña electoral. Un político gana las elecciones y se olvida de dónde viene y para qué. Eso no tiene nombre... eso tiene consecuencias. "Cada palabra tiene consecuencias, cada silencio también". (Jean Paul Sartre). Y qué bueno que la verdad solo tenga un camino. Oiga: ¿Su situación es difícil, un problema ha crecido, sus enemigos son invencibles? No sea estúpido, no delegue sus responsabilidades, hágales frente empezando por ese problema (tal vez solo parezca que ha crecido), o encomiéndese a Dios en su misericordia, o a mi suegra, si no es lo mismo. Siempre hay un roto para un descosido. Y recuerde -a las pruebas me remito-, que nunca jamás los políticos son inocentes, son otra cosa, pero es horario infantil. (Téngase miedo, sabia virtud tenerse miedo, como saber con quién se gasta el dinero y en qué). Gracias.
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