El amor quiso, la santa poesía, un Señor Dios o quien se ocupe de la alineación de los planetas, capricho de los astros, que ayer coincidiera, día y hora que, escuchando al Sabina, me dejó ausente, pesaroso, recordando otros tiempos y a una mujer dolida. El Sabina me llevó a otros tiempos y a un pozo sin fondo. Un pozo sin fondo y cristales rotos. Escuchando al Sabina me adentré a Les Seniaes y allí, en el paraíso donde todo comenzó, triunfe. No soy un hombre famoso, soy un personaje de éxito. Soy un hombre de gran conocimiento no reconocido, y, aunque escaso de memoria, sigo siendo selectivo, de ahí qué tenga serias dudas, fundamentadas en hipótesis y teorías especulativas, que algo tuve que ver con el adelantamiento de los acontecimientos que una mujer dolida quería acometer a medio plazo. También puede ser un presentimiento. Hablo de una mujer dolida, hablo de quien dijo siempre estaré para ti. (No me atreví contigo. Ahora, estoy convencido de que tú, tampoco te atreviste conmigo y lo demostraste a tu manera. Aviso: No sabrá manejar la "patata caliente" que le has dejado). Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario