Se sabe que el perdón beneficia más a quien lo otorga que a quien lo recibe (o viceversa), eso sí, quien perdona, ha de tirar a un mar el orgullo y el perdonado lo mismo y juntos se obliguen a ser francos y reparar la ofensa que divide. Estúpidos. "El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos. (Proverbios 17:9). (... y ganancia para el pescador). No perdonamos solamente por la ofensa recibida, o por detener que la ley siga su curso, sino para dejar atrás las maneras que impiden ser gente de bien (sea lo que sea gente de bien). También se sabe que, hasta que el tribunal dicte sentencia, nadie es culpable. Esa venganza se tiene que acabar (nada es personal). El perdón, además, llega con la paz de alma. Hay que decidir entre irse o quedarse. Reescribir la historia ahora que el maligno se ha ido con el rabo entre las patas.
Aclaración a la tontería de arriba: No habrá perdón para quien se dejó llevar por la ignorancia en plan ahorro y mantiene su horror. (Me cuentan que quien se dejó llevar por la ignorancia desea la resolución según convenio y no en plan ahorro, pero le falta una patata para llegar al kilo... ¿Y entonces? Involucrar a los padres en el asunto, no puede ser la solución). Gracias.
Perdona, olvida y sigue... Es mi lema. No importa si creo tener razón, no importa si fui yo la agraviada, sólo sé que en mi caso, el perdón me da alas como dicta la publicidad de Red Bulls, aquí en este lado del charco.
ResponderEliminarRox: Nada tengo que perdonar, pero hablo de la familia y una promesa en campaña electoral... Ellos sabrán. Te quiero.
ResponderEliminarSalud.