Ahora que se sabe que el odio mortuorio y tú soy la misma semilla... Pero en qué baja estima te has tenido. Te pregunté mil veces qué podía hacer para ayudarte y no me diste respuesta. Solamente conseguí un encuentro clandestino al véspero. Al alba regresaste impasible a tus días. Y yo a los míos: jamás dejé de quererte. No hubo intenciones ocultas en mí, hubo odio mortuorio en ti. No saldrás indemne de esta, habrá consecuencias: Manicomio o muerte. No me entra en la cabeza que me sigas leyendo sabiendo como sabes que escribo el día que siento y siento lástima por ti. Saber que siento lástima por ti es el peor desprecio. Como los Panchos: "Si te vas primero, espérame en el cielo". Me hiciste daño hasta el dolor. Esta verdad la puedes cantar por los mentideros del pueblo, aunque ya nadie te cree (ni te ven: eres invisible). No tienes credibilidad. "En Julio las olas de calor en espacios cerrados y sin aire acondicionado son mortales". Esa tu culpa. No tanto por la edad, sino por la experiencia: Esa culpa tiene condena. "Todos los que tomen la espada, a espada perecerán". (Mateo 26:52). Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario