domingo, 2 de enero de 2022

Regresos.

"Hubo un tiempo en el que había tanto futuro en el futuro que casi nadie hablaba del pasado. Dejamos de ir a él, al pasado, de visitarlo, al mismo tiempo que dejamos de ir a comer a casa de los padres el domingo. Después de todo, los padres eran el pasado también y actuaban como un freno para la carrera hacia ese futuro henchido de horizonte. De vez en cuando los llamabas por teléfono al objeto de cumplir con ese pretérito remoto, cada día más desdibujado por la niebla de la memoria. Hasta la poesía que, según Celaya, era un arma cargada de futuro, empezó a parecer antigua. No es que la gente hubiera leído antes poesía, la gente jamás ha leído poesía, como jamás ha ido a Malasia". (Juanjo Millás, para el diario "Levante").

Juan José Millás, escribió ayer para hoy lo que a mí me llevaría un mes, de tener su talento. "Regresos" es mío, aunque lo haya escrito él. Perdón, tuyo y mío. La ansiedad devoró diciembre mientras yo me preguntaba cómo podía volver al pasado para construir un futuro sin malentendidos. Un corazón enamorado no sabe de malentendidos, pero querer gustar a todo el mundo te lleva a la desesperación. El futuro tiene muchos nombres: inalcanzable, desconocido, oportunidad, pero insisto, no podemos gustar a todo el mundo. (Llegó la sacrosanta hora de decidir, sin miedo a las consecuencias y por una sola vez, si pasado o futuro. No vale como excusa no leer poesía. Ojalá podamos sepultar las injusticias que llevamos dentro). Gracias.

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