De saber qué ocurre en tu vida obraría en consecuencia. No haces bien las cosas. Tal vez no ocurre nada o tú creas que no ocurre nada, o no te intereso. Me cuentan que de salud vas sobrada y eso en los tiempos que corremos es más que bueno. La familia, y los hijos primero, ojalá también. Me preocupo y no sé si debo. (Dímelo tú). Creo que tus ojos cuando me miran de soslayo intentan chivarme que hay algo en tu vida que te perturba. Puedo llevar orden a tu vida y recomponer tu cara de buena persona. No sé si tu vida es un caos o una paranoia de las mías. Me mueve el amor. Te quiero y nada ha cambiado. Lo sabes, ¿verdad? En todo caso échale una mirada al espejo y date alivio. Creo que ser dueña de ti misma no te favorece. Qué poco has sufrido y qué pronto te has acostumbrado a sufrir... Eres un colmado de pasiones enfrentadas. Olvida odios y rencores (¡no seas estúpida!), es hora de pasar de las palabras a los hechos dando prioridad a la familia, y los hijos primero, sembrando tu vida de poemas que hagan camino al andar... Caminante. (Recuerda: sabemos el nombre del poeta). Gracias.
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