"En la profundidad del invierno una aurora sonriente murió al véspero". Estaba escrito: Nada ocurre por casualidad.
De mis entrañas fluye un no sé, fuego ardiente quizá, que me incita a una lucha por los que siempre pierden... De seguir en este plan de malvivir, pronto tendré que luchar por los que siempre ganan. Sería de chiste luchar por los que siempre ganan.
Hoy sale de mi teclado un impulso de osadía con decisión. Mis sueños son nuestros: La familia, y los hijos primero. Y llegar a fin de mes. Por lo que deberían luchar y no luchan los políticos que mandan: se olvidan de sus promesas y convierten su gestión en una entelequia. Cada día son más los que articulan discursos solidarios. La mirada de una dama sin poesía me canta un bolero politiquero: un político se deja rodear de quien le ríe la gracia que no tiene. Pero los votantes han perdido el sentido del humor. Hay políticos que asumen sus responsabilidades y bien, aunque les salga mal. Otros políticos pasan sus responsabilidades por debajo de sus gloriosas partes y mal. (En la profundidad del invierno un político no aprende). Gracias.
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