"El día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar sino encontrarse, no humillarse sino reafirmarse, ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no una amenaza". (Simone de Beauvoir).
Nada tiene que demostrar una mujer, como un hombre, ni escapar ni encontrarse. Una mujer y un hombre si los une el amor lo demás se escribe solo. Aprenderán juntos y harán camino al andar. Y nadie podrá decirles que vivieron para el engaño si aceptan la oportunidad que se les presenta. Esa oportunidad es la verdad que les hará libres de culpa. Nada que arar, nada que sembrar, nada que decirse más allá de lo que se han dicho y el tiempo envileció al margen del amor. (¿A qué esperas?
Si la realidad es lo que ven mis ojos con su orgulloso e invariable discurso, y es mi opinión, o sea, pudiera ser otra paranoia, una mujer derrotada, débil, presa de sus debilidades, como un hombre, se les presenta una gran oportunidad, pero María, la Magdalena, ya no los inspira porque ella tiene un hombre y él tiene una mujer. (No hablo de amor, sino de política). Gracias.
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