Las personas se definen por quienes son, no por quienes fueron. Recuerdas si te pregunté quién eras el día que te conocí... (¿Por qué no me saludaste ayer o me esperaste al doblar la esquina como antes? Dije que serías lo que quisieras y te ofrecí mi brazo pegado al hombro para que te sintieras segura. Andas torpe y escasa de entendederas. Por cierto, ¿te has vuelto a sentir segura? Si me miras, aunque sea de soslayo, te sorprenderás de las cosas que no recuerdas. No quiero saber en qué te has convertido, ni por qué sigues cantando tangos tristes en busca de alivio colindante (la autocompasión no es racional), quiero saber si aún no es tarde. No lograrás palabras de consuelo cuando decidas lo que decidas te convenga o no. Deseo que la paz te llegue al alma y te sane. Decidirás en base a la ley de tus caprichos y la decisión será perjudicial para tu salud mental... Buscas la inmortalidad y ese camino únicamente es el de la fe. (Hay algo más oculto que lo que pretendes ocultar). Ah, y esas pegatinas de los peldaños contra la Violencia de Género quedaron divinas... (Házselo mirar. Recuerda). Gracias.
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