sábado, 12 de diciembre de 2020

... y al segundo día resucitó.

Ahora quién le explica a sus deudos que Emilio le jodió el récord a Jesús el Cristo... Al segundo día resucitó. Y dicen que lo vieron preguntar a la máxima autoridad municipal por quién habían doblado las campanas el jueves. La autoridad municipal dicen que dijo que acababa de llegar y que no sabía ni le importaba. (¡Uy, qué carácter!). Y Emilio echó a reír porque nunca fue de preguntar lo que no sabía de antemano: la autoridad municipal ni sabe el día que vive. Si dicen que dizan. (¿Jueves o sábado? Cuanto menos hasta que baje del árbol). De quién se levantó sin haber caído se estudiará en las escuelas. Emilio no se dejaba ver demasiado, o simplemente no se dejaba ver. Emilio era hijo de un sueño y sí, era o es un hombre bueno, y a pesar de su innegable capacidad para la autodestrucción nunca tuvo intención de morir, o si la tuvo fue porque sabía que al segundo día iba a resucitar. Emilio vuelve a escribir el día como un quijote sin mancha. Emilio y de soslayo son la realidad virtual. Fantasmagórica y real. (Bendita esta muerte que lo liberó de la hipocresía y lo devolvió a la vida por amor). Gracias.

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