Lo de ayer y lo de hoy, o lo que vendrá mañana, si viene, sigue aquí. La pregunta es quién tienen que esperar si todo lo que nos puede hacer feliz sigue aquí. Cierto, tal vez no sea el momento. No fue el momento para que el rey hablara de su padre y no lo será hasta que lo sea. Hasta que decidamos sentarnos a tomar café y una pastas de té. O nunca, razón también en eso la tienes. Nunca será el momento y se acabó. O vuelta a empezar. Nos encontramos ante cambios importantes o quizá solo es cuestión de empezar un año inusual sabiendo que lo es. El pasado año fue inusual pero no empezó siendo inusual. Se trata de aprender de lo de ayer hoy mismo sin esperar a mañana. Si en realidad sigue aquí. La noche oscura se aclara al alba con un café en las manos. Lo cierto es que pese a todo lo vivido, aún podemos elegir. Eugenio era de la opinión de que para aceptar algo esperamos estar cerca de la muerte para morir, o cerca de perdernos para perdonar y ser felices lejos de nuestro amor propio. Y sí, el dolor de alma suele ser la distancia más cercana al amor sin ningún género de dudas. Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario