Desde los muchos años que cuento, gente vulgar conocí que solo priorizó sus asuntos. Se me hace un nudo en la garganta.
Hasta la luz del sol finaliza con el véspero. A todo le llega su fin. El que quiere avanzar debe aprender lo que pueda, y a más aprender de los demás. A quien desea llegar a mañana libre de culpa pero le falta temple y le sobra vanidad, lo de hoy si es bueno, mañana sin persistencia es malo. Y la vanidad daña el alma cuando se usa para hacer daño al débil... El dueño tiene razón. El dueño tiene rencor. El dueño es el fuerte y aquí el fuerte eres tú. Pero te erosiona la desgana. Y a mí me erosionas tú. Si te duele decir sí, vete mañana a misa y pídele a tu Dios indulgencia, pero no le hagas daño al débil. Al débil no. Luego coge el camino de la izquierda que yo te acompañaré. Yo no quiero estar parado y tú no puedes seguir así. El mismo día del no, supiste que la decisión correcta era sí, para priorizar tus asuntos (altruista, siempre pensando en los demás). El acabose llegó cuando contrataste al matón de barrio: "Tranquila, ésa déjamela a mí". Y quien tenía que perder perdió. (Confinado en casa aprendí lo que no sabía. Con suerte quizás un día te vea impoluta, franca, colmada de esperanza... Y quizás). Gracias.
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