miércoles, 14 de octubre de 2020

Discernir, según la RAE.

Y dale: otra vuelta de tuerca. Tal parece que el discernimiento consume energía y la energía está muy cara y este mes no, y otro ya se verá. Se trata de ahorrar: en tiempos de pandemia no estamos para gastos. Si hubiera un certamen de disculpas pero no lo hay. El caso es serio y si alguno no cambia su manera de proceder, solo la táctica y por delegación (ni da la cara), seguiremos a la espera de encontrar el momento propicio para discernir. Discernir es distinguir una cosa de otra señalando las diferencias. Discernir, según la RAE, es reconocer una categoría. Discernir, según yo lo veo, es un estado de ánimo: eso de querer es poder. Alguno no cambia porque no quiere y eso es malo; es peor que malo si aparece después del absurdo de dejar que corra el tiempo (tic) sin echarle voluntad al caso. Como cuando busco un poeta que se explique y no lo encuentro, acudo a la sabiduría del pueblo: "El listo piensa, el inteligente reflexiona y el sabio practica el discernimiento". Según parece el caso va para eternizarse: el consumo de energía, el poder y no querer, el estado de ánimo o vaya usted a saber. Gracias.

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