jueves, 20 de agosto de 2020

Voy a librir un libro.

¡Déjame en paz, güelu!. Voy a librir un libro. ¡¡Déjame!!. (Se llama Enol y María Auxiliadora puede ir teniéndose miedo). Vale el paréntesis porque no quiero que nadie se entere y chive al maestro quién es el "angelito" que va de la mano de Ian por el pasillo que lleva al aula. Digo maestro y digo Toni. Probe. Nada que se pueda imaginar si piensa en Enol recordando a Ian.

Vivo el deseo de ver el día que llegará con los niños y niñas de vuelta a las aulas y nosotros recobrar los cinco sentidos y la responsabilidad. Aviso: si de tanto el coronavirus es una farsa, y la mascarilla no me deja respirar, y si pongo dos metros de por medio no te oigo que voy sordo, y nada como fumar un cigarro y echarle el humo al primero que aparezca, y en ese plan estupendo fuera de toda duda razonada, estúpidos temerarios... ¿Pero qué les pasa en la cabeza? Enol tiene dos años y se las verá con María Auxiliadora y Toni, su maestro, y su graciosidad fuera de lugar, porque Enol ya no estará con su güelu, le durará poco más de una semana en horario escolar, pero ustedes, ignorantes del amor y de la vida... Ojalá y que se puedan arrepentir de sus acciones sin enterrar a sus muertos. "Que las verdades no tengan complejos, que las mentiras parezcan mentiras, que no te den la razón los espejos, que te aproveche mirar lo que miras". (Aplícate la canción de Sabina). Gracias.

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