lunes, 10 de agosto de 2020

El sábado, otra cena y un tango.

El sábado otra reunión de amigos de mi esposa para cenar: era gente opuesta a mis ideas políticas. (La política en el pueblo de Patricia se limita a la reelección del alcalde bajo palio). Gente educada ideal para debatir de política municipal (uno sabía lo que no está escrito sobre política municipal, entiéndase política de chismes de lavadero) y nacional. De política municipal me enteré de chismes que no sirven para escribir, sirven para tomar una copa de vino y echarse a llorar. De política nacional estuvimos de acuerdo: ellos monárquicos y yo republicano, tenemos igual de dura la cabeza. La cena de picoteo y la noche estrellada. De la piscina olímpica sin comentarios. Los anfitriones son gente acomodada y las crisis apenas les perjudica. Ni Pablo Iglesias les cae tan mal desde que usa el poder fáctico en favor de los que ganan. Una velada como no recuerdo... Ya habrá tiempo para tratar desprecios. Si una queja que me dormí con el café en la mano, pero a mi esposa le dijeron que soy un tipo agradable al trato y nos veremos otro día para almorzar y seguir debatiendo, para cenar no que me duermo. Gracias.

2 comentarios:

  1. En mi opinión no conviene para nada manejar temas de religión o política en absoluto, y no solo con amigos, sino especialmente entre familia. Suele terminar mal.

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  2. Y de la familia los cuñaos. Pero lo nuestro terminó mal hace años. Gracias por comentar, eres muy amable, Alexander.

    Salud.

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