miércoles, 26 de agosto de 2020

En tiempos de locura y muerte. (No me olvides).

En tiempos de locura y muerte, una negligencia amorosa, solo un poeta, Mario Benedetti, la explica: "Tengo miedo de verte, necesidad de verte, esperanza de verte, desazón de verte. Tengo ganas de hallarte, preocupación de hallarte, certidumbre de hallarte, pobres dudas de hallarte. Tengo urgencia de oírte, alegría de oírte, buena suerte de oírte y temores de oírte".

Creo que ha llegado el momento de sincerarme contigo, pues estoy segura que no te has dado cuenta que no soy quién tú crees. Yo no soy la amiga que crees. Tu verdadera amiga es mi esposo. Mi esposo es el que te atrae de noche como amiga del alma. A él le haces todas tus confidencias. Tú y yo solo somos amigas. Mi esposo es tu confidente, tu amigo del alma.

Hace tiempo que lo sabía, como sabía que llegaría el día que se iba a dar esta incómoda situación. Y que al saber la verdad tal vez quisieras conocerlo... Si es así te lo puedo presentar, no me importa, lo tengo conservado en una tinaja con formol, lo puedo sacar y recudirlo y vestirlo para la ocasión. Pero no te hagas ilusiones, no es agradable al trato. Si tuvo amigos nunca supe, amigas idas asegura tener, pero esas no cuentan. Aunque para ser un cadáver... Al conocerlo dirás: "¡Horror, si es un cadáver!", sorprendida ante el hallazgo inesperado del cuerpo inerte de mi esposo. Un hombre rígido, frío como témpano de hielo. Tú decides pero tal vez... Si quieres lo dejamos como está, que la palabra siga confidente en la noche. La sátira, como es entendida por él y por todos los que tienen trabado su ingenio es un vituperio. Lo siento, no lo consideres agravio. Y si es posible no dejes de ser su amigo, aunque sea mi esposo y esté muerto. Y sigue haciéndole confidencias. Sé que le importas de verdad. Pero esa será tu decisión. Precisamente uno de sus mayores defectos es su incapacidad para mentir. Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario