sábado, 15 de agosto de 2020

Ayer dije no y hoy digo siempre.

A un tahúr fullero no le interesa mejorar la jugada, apuesta a doble o nada y siempre gana porque no tiene nada que perder.

Una mente abierta no permite que nadie decida qué libro leer si quiere saber. Una mente abierta no se precipita si existe un dilema y tiene que elegir entre dos opciones (la elección sin condiciones está tomada de antemano). No corre prisa, se hace la distraída, ay, se hace querer... Lo dijo Jesús el Cristo por boca de Juan 3:16: "A quien mucho se le perdona, mucho ama". (El amor y el perdón vienen en el mismo lote y a quien mucho ama se le perdona). Por cierto, quizás ustedes no saben que el Padre Ángel y yo somos del mismo pueblo. Tranquilas, solo eso tenemos en común, si están ahí no se me vayan que voy escaso de amigas. Lo tengo escrito: si en un descuido alguien entra en de soslayo y me lee y vuelve, con el tiempo me llega a querer. (Una mente abierta, como un tahúr fullero, siempre gana porque tiene quien la enseñe. Siempre. Ayer dije no y hoy digo siempre. Un poeta sabe que nadie es más por los elogios pero sí menos. Y que es letal la soledad impuesta). Gracias.

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