viernes, 5 de junio de 2020

Y qué cinismo tan celebrado...

Hoy casi lo tenía escrito, era un asunto de otra vida, pero me vino a la memoria una vivencia y hoy lo dejo para mañana y lo de aquel entonces para hoy. Y ya me explico: de joven milité en el partido comunista (PCE). Cuando era joven los socialistas estaban donde ahora está ese catalán fugado de la justicia cuyo nombre no me viene a la cabeza. Por aquel entonces aquí solo había buenos y malos. Yo era de los malos. Un día uno de los buenos con chaqueta blanca que perdía flechas al andar pero no el yugo, se acercó a mí y dijo: "Si querías llamar mi atención tengo dos noticias que darte, una buena y otra mala: la buena que ya tienes mi atención y la mala que tienes mi atención". Si advertencia o amenaza no sé, pero esa fue mi primera experiencia de confinamiento. Pasé de "fase 0" a salir de casa un mes. El asunto es sencillo: nadie nos obliga a participar si el riesgo no compensa. Pero a mí el riesgo siempre me compensa. Luego desde Suresnes vinieron los socialistas marxistas y qué cinismo tan celebrado... Como Marx, Groucho Marx: "Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros". Gracias.

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