miércoles, 10 de junio de 2020

El amor es caprichoso a veces.

Necesitamos dejar esa manera tan nuestra de hacernos daño, de resistirnos al amor. El amor es caprichoso a veces, y si no somos capaces de reconocer el daño que nos estamos haciendo será imposible sacar lo mejor de nosotros y utilizarlo por el bien de todos y alguna. ¿Quién podrá salvarnos de nosotros? No debiéramos hacer oídos sordos del caos que se avecina ni hacer lo que se venía haciendo ahora que está prohibido hacerlo. ¿Tanto para qué si además no da servicio? Volvamos a la verdad. La verdad es más simple si aceptamos la mentira. Nadie nos sacará del pozo de las miserias donde nos metimos de la peor manera posible: atiborrados de inquina y resentimiento. Para salir del pozo de las miserias merece la pena correr el riesgo de aceptar una enmienda a la totalidad u otro. Otro no, o un sí que te salve, y me salve, y nos salve. Un sí definitivo.

P.D. La atribulada paráfrasis de arriba no admite réplicas ni tácticas dilatorias que no respondan a intereses humanos. Basta abrir los ojos y ver, dispendios aparte, lo mucho que hay que hacer para recuperar el tiempo perdido. La palabra. La palabra. (Si entraras en razón celebrarías perder el peso de la carga que llevas en el alma. Duele el alma. Se ve a leguas). Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario