Es de justicia reconocer que el ministro del ingreso mínimo vital no mintió cuando dijo que los más necesitados cobrarían de oficio la renta mínima el día 26 de junio: una de mis hijas asalariada de uno de los amigos empresarios más aventajados de Rajoy con un contrato basura validado por su estatuto de los trabajadores lo cobró ayer. Es de justicia. No mintió. Y gracias.
Al de soslayo de hoy traigo los insultos que los dueños de los partidos políticos llevan al Parlamento y de rebote alcanza a la ciudadanía que a una mayoría les asquea y una minoría les da cobijo. Son comportamientos que llevan actos de violencia verbal a la calle: escraches, acosos, desprecios. Comportamientos que alteran la paz social. Poco favor nos hacen. En vez de llevarse bien, aceptar el mandato de las urnas, gobernar, controlar y denunciar, cada cual desde el sitio que los votantes les otorgó, se dedican a injuriarse y por simpatía nos enfrentan. Enfrentar a la ciudadanía con tácticas partidistas no tiene nombre. Logran que saquemos lo peor de nosotros mismos. Es violencia y viene de arriba. Qué poca estima nos tienen y se tienen. Y qué manera de insultar nuestra inteligencia. (Ojalá y tanta oscuridad un día les sirva para distinguir la luz). Gracias.
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