De un sábado triste de morir a un domingo sin consuelo. El inventor de la sonrisa, la alegría y el abrazo fraternal a muerto y hoy y siempre seremos más pobres. Cuando muere un hombre bueno y si digo un hombre digo una mujer, todos perdemos. Pero hay más y no es poco, también descubrió la cara oculta de la luna mientras dormía bajo sus naranjos, el amanecer sin prisa y el sol cuando más calienta. Un hombre bueno ha muerto y María, la Magdalena, presidirá las exequias. Un domingo sin consuelo evoco al amigo para que, quienes hayan tenido la suerte de conocerlo lo recuerden. Pido una oración. Gracias.
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