Iba yo de madrugada descuidado de la María cuando una pregunta me vino a la cabeza: ¿Hoy es martes o martes fue ayer? La pregunta tiene mi interés porque un sicario a punta de pistola me tiene encañonado y no quiero morir sin saber el día que vivo. Desconfiado no me fío de los míos, ni de los otros, ni siquiera del día que nací... (Por tus favores y enamorado de ti, de ése, tu gran corazón para con los tuyos, ay, los tuyos, los otros, los que también comen, van diciendo por ahí que te desean amor y poesía y nunca odio. Ojalá que entre tantas muchas cosas por hacer y remendar, en tu mundo y en tu tiempo, llegue el día que a todos y todas se les garantice el derecho humano a un puesto de trabajo y libertad de pensamiento). Gracias.
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