domingo, 21 de julio de 2019

A mí mismo.

En esta vida, digo esta vida y digo la otra vida. Es domingo de ir a misa y cantar la verdad por dura que sea y creer en Dios y su María. Claro que la otra vida existe, lo canta una amiga y la creo. ("Hágase tu voluntad"). No es cuestión de ir a misa y darse puñetazos en el pecho, es cuestión de atender los asuntos inaplazables de los que siempre pierden. Desde el día que supimos que los sueños se alcanzan si lo deseamos y luchamos por ellos no tenemos disculpa. De cuando en vez la suerte tiene algo que ver y otras veces no sé, y si no sé no sé. Sea lo que sea, estoy en condiciones de asegurar que no soy libre.

Recordando a Eugenio... Juro o prometo que Eugenio no creía en un solo Dios verdadero, por lo que va siendo hora de que se dispararen las alarmas. Eugenio era Eugenio pero yo, cansado de esperar el amor verdadero, no volveré a misa. Aunque una amiga crea en Dios y Flor de María me confirme que los milagros existen. Lo dijo don Ramón de Campoamor: "En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira". Vivimos tiempos atarantados que descomponen al humano ser, confunden la fe religiosa, y nos niegan la esperanza de lograr un mundo mejor. Gracias.

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