viernes, 11 de enero de 2019

Sin ti mi vida zozobra.

Escaso de inspiración, no me canso: de una musa que me inspiró hace ahora mil años solo puedo decir que de mujer pasó a musa y después a poesía y no la volví a ver. La poesía de todos los días sube y baja como la bolsa de los valores porque depende de estados de ánimo veleidosos. Y del bendito amor. Cuando una musa se trasmuta en poesía adiós mujer y adiós musa y lo que es peor, adiós amiga: se eleva al olimpo de los poetas y otros son sus anhelos (se comenta que un trovador enloquecido en sus desavenencias canta acerca de una dama en su poesía que le encomendaron enamorar a los cortos de entendederas. Al parecer Dios los cría pero a veces ni un milagro los junta). Si es cierto que nunca dejará de haber poesía -a pesar de poetas-, será porque las musas se ocultan entre las brisas de un mar y sus brumas antes de elevarse al olimpo dejando el amor a merced del desamor. (Flor de María, para qué disimular, te convertiste en poesía y me dejaste consumido en la depresión y la sangre roja muerte que fluye por las venas de mi yo más descabellado. Sin ti mi vida zozobra). Gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario