Duele el amor, pero no duele a todos por igual, ni desbarata el psique por igual. Duele el amor, claro, pero a unos más que a otros. Traigo a de soslayo la esposa de su esposo que canta miserias laborales por los mentideros del pueblo hasta llegar a casa donde los vomita empapados en lágrimas de plañidera. La esposa de su esposo no sabe que las miserias laborales se quedan en el negocio y no se llevan a casa. Ahora que la soledad es la verdad que la soporta, que congela sus tristezas, que acompaña el ¡ay! de sus lamentos; ahora que a sus ojos le falta su mirada feliz; ahora que le sobra todo y le falta todo, ahora... ¿Y ahora? Porque pudiera ser quien fue... a no ser que sus huesos y su carne se hayan convertido en polvo. Quizá Dios la ama, pero si la ama será sin espinas. ... y Jesús les dijo: "Mirad que nadie os engañe, porque vendrán muchos en mi nombre diciendo: Yo soy el Cristo, y a muchos engañarán". (Mateo 24: 4-13). Creyó que podía ser feliz mientras arrastraba a su esposo bajo el peso de todas sus miserias. (Si rompes sus opciones de vida familiar temerás su venganza). Gracias.
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