sábado, 19 de enero de 2019

No me iré sin confesarte mis anhelos.

¿Acaso no recuerdas que fui yo quien te subió al olimpo cuando te hice dueña de tu propia poesía? Dama de la poesía.
Te imagino caminado por Les Seniaes ciega de amor haciendo frente a una pena. 

Esa pena.
La pena. 
Tu pena.

Les Seniaes sin ti son apenas un cruce de caminos, y de todos, un camino es atajo y lleva tu nombre de cuando eras mujer.
Lo camino a diario y no dejo de oír ecos de melancolía.

Esa pena.
La pena.
Tu pena.

Porque hoy vine y algo tengo que hacer o de lo contrario... Un día me adentraré en el atajo y mientras duermas en tu propia poesía acostada sobre un naranjo... Confieso que ya me adentré y no estabas. Como la violeta que esconde su belleza bajo la hierba no te dejaste ver. Volveré y te escondas o no; si estás o no, ¿y qué importa? No me iré sin confesarte mis anhelos.

2 comentarios:

  1. Confiesa ahora, hoy es el tiempo, es esta mañana del otro lado del Atlántico, verano, un sol que amanece las angustias y en mariposas las transforma. Allí están, en los jardines de la plaza "Primero de Mayo", de flor en flor. Es esta mañana donde me gustaría oír una confesión de un corazón que vibra con cada sentimiento en rima, qué importa lo demás. Tal vez sea mi culpa por andar el camino largo, el camino con pendientes elevadas, el camino que no es atajo. Sea yo la responsable, la que te priva, la que te enmudece... No lo sé. Ay tu pena, Ay, la mía. Esa pena.

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  2. Camino de pasos perdidos. Qué bueno saber de ti. Te quiero. Besos en casa.

    Salud.

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