Nadie cambia de año sin dejar tras de sí algún descuido, un rostro doloroso que de volver atrás lo cambiaríamos. Nadie son cosas que resultan imperceptibles a una mirada de soslayo atarantada de asuntos inaplazables. Nadie es la muerte para los sentires inconclusos del corazón o las heridas sin cerrar o un no cuando debiera ser un sí o viceversa. Evidentemente nadie es nadie y no debiera salir completamente de un año y entrar en otro sin pedir perdón (el perdón hay que merecerlo). Y qué gracia, recuerdo siendo joven, y luego de una borrachera y la resaca, pasaba pidiendo perdón una semana a la gente con la que me cruzaba sin conocerla (nunca se sabe). La sidra es muy traicionera y como se empeñe en decir esa vaca mía no es mía porque está comiendo la cosecha del vecino y esa vaca mía no es mía, la mía fue a un colegio de pago y está muy bien educada: "la mió vaca no". En mi defensa tengo que decir que en mi pueblo salíamos de casa con zapatillas y orbayando. Y sin madreñas ni paraguas. Las pulmonías eran antológicas. Qué tiempos aquellos cuando un paisano era un paisano. Creo que me irá bien en este año que comienza... Ojalá la salud me acompañe porque de todo lo demás yo me encargo. Gracias.
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