sábado, 1 de diciembre de 2018

Con diciembre llega la tontería de las navidades.

Ayer pregunté quién dijo navidades y no hubo una valiente que dijera yo. Vale entonces. Con diciembre llega la tontería de las navidades y de acuerdo, eso sí, felicitaciones las de El Corte Inglés y Cortefiel. Y cumpleaños feliz ni nombrarlo. Aviso.

Pronto será Navidad y no lo puedo evitar, como "el cajón sin su ropa" del Sabina, pero felices navidades a mí no porque la lío parda. Antes de venir en tren, de hablar pasadas las fiestas, antes, mucho antes de "al platu vendrás arbeyu", debemos dar de comer al hambriento... ¿Recuerdan el Domund del colegio y una peseta para los negritos de África? Seguimos igual. Lo sé porque María Auxiliadora le explicó a Ian que una peseta era antes, en tiempos de su güelu que soy yo, ahora la vida está de cara pa´arriba de la inflacción en la cocina del CIS. Mejor se dejaran de felices fiestas y comenzaran a regalar amor a su colindancia que tienen la balanza de besos en negativo desde hace demasiados años... Y dar de comer al hambriento, insisto. Nunca fuimos tan pobres ni debimos tanto, y a mí no me miren que no recuerdo haber sido rico nunca, aunque a la salud le debo la vida. Qué gracia, escribo y me doy cuenta que Ian ya tiene una María para sus primeros auxilios como yo. Marías diferentes pero auxiliadoras en todo caso. Ni otro diciembre ni más oportuna la palabra amor. Recuerden. Gracias.

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