miércoles, 5 de diciembre de 2018

Hasta un ciego lo ve.

Cuando todo llama a la desesperanza porque la realidad invita a perder la fe, se dejan entrever fruslerías con sabor amargo. Entonces, porque la desesperanza llega de la mano de la negación del ser y el sentido común, abro la puerta y que entre un maremoto hasta la cocina porque no hay salida honrosa ni deshonrosa: no hay salida. Sin embargo, luego de llegar al dolor de cabeza de tanto pensar, me doy cuenta que aún tengo por qué luchar y concluyo que sin fe no hay esperanza y la debo mantener porque nunca llovió que no parase y en la vida la ilusión, el deseo y sobre todo el querer, porque querer es saber y saber es conocimiento y el conocimiento es poder... Poder decidir. Si llega BOX qué quieren que les diga si a mí el PP ya me da miedo, además, si entra en el Parlamento Andaluz no ha sido por la fuerza, ¿comprenden? En fin, llevo amenazando que después de Rajoy nunca máis, y resulta que ahora parió la güela: Casado, Rivera, Abascal, y vienen para quedarse, así que abandono. Abandono el terruño, iré en busca de un país normal si existe. Y a más y más, en el pueblo de Patricia nadie sabe de mí salvo que soy extranjero, o sea, castellanohablante, y porque nadie es nadie, nadie me echará en falta. Gracias.

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