Hoy es domingo.
Cada domingo me confieso y canto mis verdades en misa a modo de desahogo. Pero ya uno no está para milongas y cada cual es responsable de sus actos y eso es todo. Es todo si lo fuera, pero no lo es porque en misa Dios va más allá de lo que trasciende a nuestros miedos. Eso sí, confieso que a misa yo, ni jarto vino, así que mis miedos están superados: "no es no".
En resolución.
Y ahora llega la pregunta que no esperas: ¿Qué día crees que escribiré cuando vuelvas y sea yo el que no esté? Te abrí mi corazón y floreció el azahar, abrí tus ojos y descubrí una mirada mortuoria. Tus conductas compulsivas fueron tácticas para no enfrentarte a la verdad. Y puesto que llegó la hora de la verdad, dime: ¿Cómo fue que te atreviste mancillar el apellido de tu padre? A pesar de saber como sabes, como sabemos los dos, que no hay más cera que la que arde: Sí, estás sola. En de soslayo te dejo la mano tendida, pero aviso, nada será igual porque el futuro fue ayer. Utilidad social y dignidad humana. Solidaridad. Eso. (No olvides que Lucifer es hijo de Dios, la cosa acabó como acabó, pero también es hijo de Dios). Gracias.
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