No me quiero poner triste, aunque motivos no me faltan desde que Eugenio y dona murieron y la autoridad competente si no va a lo suyo no va a lo mío y al verme ni un beso ni un adiós que te vaya bonito. Escaso el interés ni proveyó recambio para Eugenio y dona y yo, perdón, yo no he muerto, quiero decir yo, persona afable donde las aiga que se presta sin complejos a la amable conversación... ¿Cómo estas? No, no me contestes, lo veo en tus ojos. No me olvides, y vigila esa salud. Gracias.
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