sábado, 9 de junio de 2018

El arte de engañar.

Con Enol de paseo por Les Seniaes pienso y aprendo. Enol duerme como un ángel y el aroma de azahar, y ese ego que dejé colocado a la altura de la acequia me animan a reaccionar ante estímulos que funcionan como un reloj que si le das cuerda no para. Aún considerando que le puedes dar cuerda y su mecánica, la rueda que no rueda, o no sé, le impide marcar las horas. Si el reloj se niega a marca las horas quiere decir algo, como la canción de Los Panchos: "reloj no marques las horas porque mi vida se apaga". Vaya, pues yo no me veo tan mal... Conviene marcar de cerca nuestro comportamiento. Conviene marcar de cerca las horas del reloj para alcanzar algunas metas importantes en la vida. En momentos de tanta incertidumbre como los que vivimos conviene no enfangarse en la política y centrarse en el amor. Los asuntos inaplazables no pueden marcar las horas del reloj. Vivir el día de acuerdo a los sentimientos del alma es todo y no es poco. Ante la degradación del ser creo que no renacerá el amor en un futuro próximo porque "la política es el arte de engañar", lo dijo Nicolás Maquiavelo. Y yo digo que engañar en la política no es arte ni nada que se le parezca, y si además hablamos de corrupción apaga y vámonos porque no tiene larga vida. Al tiempo. Gracias.

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