jueves, 28 de septiembre de 2017

Viene de atrás.

Días atrás escribí que este país era un dolor y no me retracto aunque me lo pida la presidenta del Congreso. Si Rajoy es guapo yo más. La clase política de este país que vive a cuenta de los caprichos de Rajoy nos ha echado a perder. Va en serio y no es amenaza aunque lo pudiera parecer: la clase política culpable de todas las miserias. En este país más temprano que tarde la clase política acabará enredada en sus patas de atrás y se dará de bruces con el suelo.

Ya no se habla de grandes logros de la sociedad porque no hay tiempo libre, y quien lo tiene no vive. O está muerto y enterrado. Los trabajadores viven esclavizados por los grandes empresarios amigos de Rajoy y se lo llevan envuelto en papel de fino regalo. Hablo de crecer empresarios y trabajadores en igualdad para llegar a fin de mes, pero eso es más fácil decirlo que llevarlo a la práctica. Falta voluntad política, falta un estatuto de los trabajadores que devuelva la dignidad perdida. ¿Acaso nadie sabe que a los trabajadores de este país se les explota como en los peores tiempos?

Rajoy no es de este mundo. Salgan a la calle, pregunten a la ciudadanía y dirán que no se puede gobernar al margen de las necesidades del pueblo. Pero a Rajoy no le importa porque no es de este mundo. Es igual trabajar que no para llegar a fin de mes con la nevera vacía. Y el carrefur no fía. Cómo me gustaría que las acciones antisociales de Rajoy tuvieran consecuencias y las asumiera en las urnas. La familia, y los niños. Los niños, de adultos, tendrán dificultades para afrontar proyectos de futuro sin miedo al fracaso. "El éxito y el fracaso están inevitablemente relacionados en la mente con el estado de las cosas que nos rodean". Eric Hoffer. Gracias.

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